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Building Under Construction 3

NO me entregaron a tiempo, y ahora qué hago.

Es muy fácil graficar ejemplos de lo importante que es llegar a tiempo, ya sea como tener los servicios o productos cuando han sido prometidos, o el cumplimiento de los plazos establecidos, ya que de lo contrario hay gran afectación no solo económica, sino en reputación y confianza.


Pero, luego de repasar esos ejemplos, hay uno en particular que grafica rápidamente la importancia -muy romantizada por la coyuntura mundialista y esos sentimientos encontrados que genera- de la sincronización entre lo que se espera y lo que se da.


El fuera de juego. No creo que exista persona en el mundo que no haya sentido la ilusión de gritar un gol (más aún cuando son tan escasos o si es uno de clasificación) y que luego de ciertos segundos de alegría infinita y de regalar abrazos a quien sea que se encuentre al costado este se anule porque el pase no llegó oportunamente.


El mismo sentimiento es el de esperar pasar navidad o una fiesta significativa en ese departamento adquirido y que luego te enteres que no lo entregarán oportunamente, teniendo que sumarle los gastos asociados a esa entrega tardía como seguir alquilando (o dejar de hacerlo), postponer los días de mudanza o simplemente el hecho de llegar con un ánimo distinto (ya es una afectación) a recibir mi depa nuevo.


Entonces, que tiene que hacer el cliente para no tener esos inconvenientes (o al menos saberlo antes) considerando que haga lo que se haga no depende de éste el avance físico de obra.


Lo primero, naturalmente, es revisar profesionalmente el contrato y luego de la revisión (de todas las cláusulas) conocer REALMENTE cuándo es la fecha de entrega. También es importante saber que siempre existen eventos que no son posibles de conocer y que puedan afectar la construcción y entrega del bien futuro, como son los muy conocidos caso fortuito o fuerza mayor (no son únicamente esos dos detallados).


La pregunta necesaria (que surge casi de inmediato) es, ¿tengo el poder de negociación como para cambiar esas condiciones?, la respuesta -ahora- es SÍ (no al 100% pero sí en gran medida); ya que, cuando existe muchos ofertantes de vivienda -inmobiliarias-, muchos proyectos inmobiliarios y (lamentablemente) la oferta es casi casi la misma, y si le sumamos que la demanda se va reduciendo, entonces los vendedores se van volviendo más flexibles (razonables en sus condiciones).


La segunda variable es hacer seguimiento a los plazos, y ello no es tan complicado, ya que basta con dar un recorrido recurrente al proyecto y saber aproximadamente cuánto tiempo falta para que esté listo para la entrega, y si ya vemos un descalce entre lo prometido y lo real, la recomendación es preguntar.


¿Y si no se cumple la fecha de entrega?, pues nos queda aplicar las penalidades del contrato, para ello primero verificar si están en el contrato y segundo, vale la pena reclamarlas si éstas razonablemente satisfacen el perjuicio que se pueda generar. Ello a razón de que las penalidades son daños proyectados entre vendedor y comprador, por lo que sin auxilio judicial no es posible variarla. Si no existen penalidades tenemos dos vías, la primera es llegar a un acuerdo con el vendedor mediante un acuerdo privado en cualquiera de sus formas (acuerdo directo, mediante una conciliación o transacción extrajudicial o con un ente privado como la Defensa al Consumidor Inmobiliario o cualquier otra institución que brinde el servicio), o recurrir a INDECOPI mediante una denuncia.


En el último caso, es válido recordar que INDECOPI, en caso determine que el comprador tiene la razón multará al vendedor y determinará alguna medida complementaria para evitar seguir generando daños al comprador, pero no resarcirá todos los daños (no es su función) para ello se tendrá que recurrir al Poder Judicial o un arbitraje (dependiendo lo que diga el contrato).


¿Qué recomendamos?: Tener una revisión profesional del contrato, exigir penalidades razonables, hacer seguimiento de cómo se va desarrollando esa compra (recuerden que es una de las principales compras y debemos hacer el seguimiento diligente como tal), reclamar los incumplimientos (te están vendiendo algo, exige que se cumpla con lo ofrecido), acudir a entes que protejan tus intereses (esa es la finalidad de la existencia de INDECOPI) y sobre todo recordar que EL PODER DEL CLIENTE es sumamente importante, usen ese poder adecuadamente y sobre todo razonablemente.

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